La gingivitis es una inflamación de las encías causada por la acumulación de placa bacteriana en los dientes. Si no se trata, puede progresar a periodontitis, una forma más grave de enfermedad periodontal.

Los síntomas comunes de la gingivitis incluyen encías rojas, hinchadas y sangrantes, especialmente durante el cepillado o el uso del hilo dental. También puede haber mal aliento persistente.

La prevención de la gingivitis incluye una buena higiene oral, como cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental diariamente, y visitar al dentista regularmente para limpiezas profesionales y chequeos.

El tratamiento de la gingivitis implica la eliminación de la placa bacteriana y el sarro a través de una limpieza profesional realizada por un dentista o higienista dental. Además, es esencial mejorar la rutina de higiene oral en casa.

Sí, la gingivitis es reversible con un tratamiento adecuado y una buena higiene oral. Sin embargo, si no se trata, puede evolucionar a periodontitis, que es una enfermedad más severa y menos reversible.

Se recomienda cepillarse los dientes al menos dos veces al día, una vez por la mañana y otra antes de acostarse.

Ambos tipos de cepillos pueden ser efectivos si se usan correctamente. Sin embargo, los cepillos eléctricos pueden ser más eficaces para algunas personas, ya que facilitan un cepillado más completo y consistente.

Se recomienda cambiar el cepillo de dientes o el cabezal del cepillo eléctrico cada 3-4 meses, o antes si las cerdas están desgastadas.

Sí, hay pastas de dientes formuladas específicamente para combatir la gingivitis, que contienen ingredientes antibacterianos que ayudan a reducir la placa y la inflamación de las encía

Un irrigador bucal es un dispositivo que utiliza un chorro de agua a presión para limpiar entre los dientes y a lo largo de la línea de las encías, ayudando a eliminar la placa y los restos de alimentos.

Para usar un irrigador bucal, llene el depósito con agua tibia, ajuste la presión a un nivel cómodo, y dirija el chorro de agua a lo largo de la línea de las encías y entre los dientes. Mueva el irrigador lentamente para asegurar una limpieza completa.

La periodoncia se realiza con anestesia local por lo que no debería causar molestias.

Después de una periodoncia es frecuente tener un poco más de sensibilidad ya que se limpian las raíces dentales.

Si las encías sangran es porque hay una inflamación, al eliminar las bacterias, la inflamación cesará.